viernes, 17 de junio de 2011

TRÍPTICO DE SIMPLEZAS

A Víctor Chavarría, Comandante avilesiano que apunta fijo a la simpleza.

SIMPLEZA UNO

La magia de la palabra sea contigo
y salve nuestro verbo del olvido!
Esta mañana sopla junio en el aire
que refresca el calor de los espíritus.
Meditamos muerte mientras vida somos
compañeros del sufrir la búsqueda de lo simple
que ya no dejaremos pasar pese a la cotidianeidad que abruma
casi felices en la mirada interna
que nos identifica, encuentra y saborea esencias de simpleza.
Con la esperanza cierta en la humanidad que nos acuerpa
impulsándonos a recobrar el paraíso
que nunca debió haberse perdido
a pesar de todos aquellos que sobre tan sonada pérdida
han escrito.

SIMPLEZA DOS

Entre máximas y mínimas
tus simplezas marcan rotundas dimensiones,
son vos mismo, palabra de hombre
que hace un alto umbilical en banca de parque
como evocando gestos propios de liturgias quijotescas
alentados por metamorfosis aguardentosas,
discretos cómplices convictos y confesos
de la Circe carcelera engendro del volcán
para ser repudiado por la misma hechicera vegetal
que aún lo habita.
Ese zanatero aterrizaje no tiene nada que le sobre
salido como es de la mejor narrativa posible
a la que realismo llaman los entendidos
¿mágico u maravilloso, qué más da?
Aunque para mí la magistral balanza
saliendo del canasto frutero de la Sonia
para pesar las ideas de lo cotidiano,
cual plática de banqueros urbanos en la centralidad
-central edad- del parque granadino
rompe, rasga, desbroza y arrasa literarios esquemas.
Es metáfora de síntesis
erupción de parquedad-parca edad-
nudo gordiano de lo simple
que su esencia escancia
un mediodía cualquiera de tropical invierno y
desborda los equilibrios del diálogo alcanzado
entre el flaco y el gordo tras contemplar
la insuperable imágen del zanate posado en tu cabeza
metáfora de la libertad descansando de sí misma
para continuar el vuelo...
Ahí rayaste con trazos apalabrados el infinito!

SIMPLEZA TRES

Te dijo ladrón tornándose
como la mujer de Lot
sin beso dado el artífice
del famoso poema.

Simple tímido jóven
venciéndose a sí mismo
con aplomo de poeta
reivindicándose granadino.

Un vuelto de revista comprada
en agujereado billete de cinco pesos
exprimiendo imaginación hasta el infinito
es la metáfora de aquel encuentro-brújula
para encontrar al Quijote de Granada...

Mientras yo estoy aquí
esperando que de mi mente salga
la precisa inspiración para dibujarte
un barco con velas que decirte pueda
¡Gracias!

Humberto
Junio 17 del 2011

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